genealogía del desprecio
aborto terapéutico
En Perú, el aborto terapéutico –es decir, cuando la vida de la madre correo riesgo- es legal desde 1924. Sin embargo, el protocolo se creó recién en el 2014. Tuvieron que pasar 90 años para que finalmente se considere la vida y la salud de las mujeres peruanas. Sin embargo, Elva Quiñones, presidenta del Colegio de Obstetras, ha reconocido en un foro organizado por Médicos del Mundo, misión Francia, que las juntas médicas que determinan si el aborto terapéutico aplica o no, extienden tanto los plazos y las reuniones que las mujeres siguen muriendo, porque extienden los plazos de las 22 semanas y ya no es posible realizar el aborto terapéutico.
aborto en casos de violación sexual
En el 2015, según la Encuesta Nacional Demográfica (ENDES), 163 393 mujeres en edad reproductiva, alguna vez fueron violentadas sexualmente por sus parejas. La data es escasa, sin embargo, el Estudio Multicéntrico de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre violencia de pareja y la salud de las mujeres (2002) revela que 1 de cada 5 mujeres fue violada antes de los 15 años. Los principales agresores estaban dentro del hogar. Según el Instituto Nacional Penitenciario (INPE), la violación sexual es el segundo delito más frecuente. Solo es superado por el robo agravado. El Observatorio de Seguridad Ciudadana de la OEA, asegura que, a nivel Sudamericano, Perú tiene la segunda tasa más alta de violación sexual (28,35%). El Instituto de Opinión Pública de la PUCP, por su parte, arroja que el 37% de mujeres limeñas han sufrido roces y frotamientos en el transporte público.
Ser mujer en el Perú significa vivir con el riesgo permanente de que puedes ser víctima de una agresión sexual.
La despenalización de aborto en casos de violación sexual se enmarca en un contexto donde se le considera una medida de reparación inmediata a las víctimas de violencia sexual.
aborto libre
Lo cierto es que la mayoría de mujeres que abortan no fueron violadas ni llevan embarazos que ponen en riesgo sus vidas. Las mujeres abortan, en Perú, en Polonia y en la Patagonia, porque no quieren ser madres. Y no quieren ser madres por múltiples y muy variadas razones.
Es importante rebelarse contra la desesperanza. Las mujeres no tenemos por qué normalizar la violencia y la clandestinidad.
“En un gesto desesperado, las mujeres pueden recurrir a la violencia física ejercida por ellas mismas, por su pareja o por terceros: golpes, caídas y maltrato se cuentan entre estas formas. Todo esto lleva a concluir que el camino para interrumpir una gestación puede ser para una mujer peligroso e increíblemente complicado e incierto. En no pocos casos, incluye medidas cuyas consecuencias ella no anticipa como acudir a una persona no calificada o autoinducirse el aborto utilizando sustancias tóxicas que pueden tener consecuencias fatales”, denuncia la antropóloga Delicia Ferrando en el libro “El aborto clandestino en el Perú”.